Ubicada frente a Plaza de Mayo, en la intersección de la calle San Martín y la avenida Rivadavia, la Catedral Metropolitana es la principal sede de la Iglesia Católica de la Argentina. Además de estar ubicada en una zona clave de la Ciudad de Buenos Aires, guarda una larga historia de sinsabores en su construcción. El edificio actual es la sexta construcción que se realizó en este lugar desde la segunda fundación de la Ciudad de Buenos Aires.
La primera construcción, en 1593, fue una capilla de adobe. Desde aquel momento hasta estos días, hubo en este sitio seis edificios diferentes, los cuales debieron ser renovados por inundaciones, incendios, la precariedad de los materiales y defectos estructurales. La construcción definitiva comenzó en 1752 bajo la dirección del arquitecto italiano Antonio Masella y se completó en 1852, aunque su decoración concluyó recién en 1911. Su estructura final es neoclásica y tiene un perfil poco usado en las catedrales, dándole un parecido más cercano a un templo griego que al clásico edificio católico. En 1822, los franceses Próspero Catelin y Pedro Benoit diseñaron la fachada, cuyas 12 columnas simbolizan a los doce apóstoles de Jesús. El interior tiene naves, capillas laterales y un crucero que se halla bajo una impresionante cúpula que alcanza los 41 m de altura. Otro detalle de importancia es la ornamentación del frente, realizada en 1860 por el escultor francés Joseph Dubourdieu (autor de la figura que se encuentra en la cúspide de la Pirámide de Mayo) que realizó el bajorrelieve del frontispicio, que representa el encuentro de Jacob con su hijo José en Egipto. Finalmente, en 1877 el arquitecto Enrique Alberg reformó una nave lateral para dar lugar al mausoleo del general José de San Martín, obra del escultor Albert ErnestCarrier-Belleuse. Las catorce pinturas del Vía Crucis son obra del italiano Francesco Domenighini, y originalmente se encontraban en la Iglesia del Pilar. El altar mayor (dorado y de grandes proporciones) se impone en el medio como el punto más destacado del centro. En 1942, la Catedral Metropolitana fue declarada Monumento Histórico Nacional y es considerada una de las más importantes obras arquitectónicas de la época de la Colonia.